Somos dos cuerpos enemigos,
atrapados por un mismo destino,
tomando diferentes caminos,
ya no hay un nosotros,
hay un tu y yo,
separados por el viento
que un día nos unió.
Ya no nos queda el amor
por el cual el fuego se encendió,
ya no nos queda el corazón,
que un día fue nuestra pasión.
Somos exclavos del tiempo,
encontrados en un mal momento,
queriendo encontrar nuestros sueños,
congelados con los pies en el suelo,
siempre sintiendo el miedo
de ser lastimados por el incorrecto,
encarcelados por el sentimiento muerto,
intentando encontrarnos sin nunca hallarnos,
gritando al cielo que todavía nos extrañamos.
Somos los restos de nuestro mejor encuentro,
caminando por nuestro peor desierto,
tomando el infierno como argumento.
Esto ya no es un cuento,
no es Blancanieves esperando un beso,
es el desastre más inmenso,
pero el que esta mejor hecho,
atrapados en nuestro propio incendio,
sintiendo que estamos en el cielo,
pero siempre será algo nuestro,
que quiera alcanzar el mundo entero,
valdrá la envidia del resto,
será nuestro serendipia perfecto.