Adolfo Cano

EL TRAVESTÍ

 

 

El travestí se adorna el cabello

y perfuma su cuello.

 

Se arregla los ojos,

se pinta los labios

y sonríe ante los espejos.

 

El travestí camina y espera,

solitario por la amplia acera.

 

La noche cálida de fiesta viste.

La luna brilla como sol naciente.

 

El transeúnte observa y repara

el aire seductor del travestí que pasa.

 

La luz del farol ilumina la calle

en la cual el travestí espera un detalle.

 

El travestí se pierde buscando un festín

con un amor pasajero en su noche sin fin.