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TRAGEDIA

Es un poblado mísero, sin nada,

Suburbio muy alejado de la urbe,

Que no quiere el urbanita que le turben

Las chabolas de adobe y tejavana.

 

No hay electricidad ni agua corriente,

Solo algunas gallinas y unas cabras,

Solo piedras, la tierra no se labra

Aquí se vive muy míseramente.

 

Los niños para acudir a la escuela,

Recorren a diario gran distancia.

No llegan hasta aquí las ambulancias,

Por esa causa se murió la abuela.

 

Ahora es madrugada, el pueblo duerme.

Todo está en paz, no se oye ningún ruido,

 Y el espíritu, siempre dolorido,

Se concede una tregua, está inerme.

 

Pero un leve temblor rompe su sueño,

Y después, unas fuertes sacudidas.

Asombro, miedo, espanto sin medida.

Grita la mujer, llora el pequeño.

 

Dura poco, apenas son segundos.

De repente, una calma traicionera

Se apodera nuevamente del poblado.

Bien parece que se ha parado el mundo.

 

Y luego, con la luz de la alborada,

Amanece un desolador paisaje,

Escenario de tragedia, sin ambages.

Del mísero poblado, ya no hay nada.

 

Tan solo queda escombro, gritos, llantos,

Cuerpos tendidos, muertos, mutilados.

Todo es dolor, niños horrorizados,

Impotencia, maldiciones y quebranto.

 

Siempre fueron los parias marginados.

Lo poco que tenían, lo han perdido.

No esperan nada, tan solo el olvido.

Ya los saben, están desamparados.

 

Al otro día, a una gran distancia,

Un hombre, sentado en su sillón de cuero,

Con su copa en la mano y un veguero,

Disfruta de su chalet, todo elegancia.

 

El televisor narra el terremoto,

Las imágenes son de gran crudeza,

Y a su lado, su mujer, de gran belleza,

Le dice: \"Quita eso. ¡ Vaya fotos !\"

 

\"Es que no tienen ni gota de cuidado\"

Y, con ese cambio de sintonía,

Se olvidan para siempre de ese día,

En que murieron esos marginados.

 

Esta sociedad se volvió egoísta.

Vivimos en burbujas, no pensamos

En los que sufren, somos inhumanos.

La vida nos volvió materialistas.

 

Bendito aquel que todavía conserva,

Con todos los que sufren, la empatía.

Que saben que cambiar de sintonía,

Ni derrite los problemas, ni los merma.

 

Y bendita la gente voluntaria,

Que con su solidaridad valiente,

Trabajan para ayudar a aquella gente,

Que han sufrido situaciones tan precarias.

 

Abril de 2015

Jose Cruz Sainz