Mishelle Marina

Interior rizado

Sonríes y el tiempo se mece

con movimientos ideales,

con ritmos carnales

y el viento se estremece.


Las verdades que ofrecen

con principios finales

son remedios naturales

para tus tozudeces.


El día en que anocheces,

alegrías tras cristales,

todas buscan señales.

Sólo a ti te obedecen.


Sus ojos, sus timideces

se sienten especiales,

y sus mentes espaciales

con tu fuego se humedecen.


En sus cuerpos permanecen

los recuerdos desiguales,

los calores y los males

que tienen cuando apareces.


En pasillos jugando ajedreces

con fichas superficiales

en las que vuelves reales

todas sus insensateces.


¿A qué dioses perteneces?

¿A qué clase de inmortales,

que haciendo cosas tales

a las fieras adormeces?