Tras el día
Cansado como el cielo, que se cansa
de sostener estrellas y te envía
alguna a la distancia en su porfía
para que nunca pierdas la esperanza.
Cansado como el río, en cuya panza
se albergan peces y algas y agua fría,
en los que, por velar tu compañía,
te arrullan los espejos de su danza.
Cansado como el hombre, que no avanza
tan sólo por cuidar, en su alegría,
las risas en que ríes y él descansa.
Cansado es que te escribo, vida mía,
del cielo, de mi río, de mi alianza
contigo en el reposo tras el día.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
09 04 15