Walter Trujillo Moreno

LENINGRADO / *Санкт Петербург

Un ángel dorado extiende sus alas blancas
su corsal brío relincha en la sabana
rechaza el futuro ocho de Septiembre
antes de ser tomado preso o esclavo
decide perderse en la profundidad del Nevá
por mil días y mil noches fuente energética y fuerza de vida
sus hombres y mujeres héroes
no descansarán hasta expulsar al enemigo rabioso y asesino
ese ocho no dormirá en las noches blancas
ventana al cielo de sus hijos desprendidos

 

LENINGRADO 900 DÍAS, 900 NOCHES
ángel dorado

 

Los cañones nazis retumban puertas,
la pólvora y el olor a carroña se
confunden con el viento salino,
los burdos hierros pisotean huertos y jardines.

Cuanto dolor y lágrimas derramadas,
madres abrazando hijos tiernos e inmóviles,
sangre roja y gris bañan las paredes y calles,
cuerpos destrozados y mutilados tirados por doquier.

La primera bala señal de guerra interminable,
mujeres y niños fabricando y preparando la resistencia,
jóvenes y adultos sofocando las llamas,
levantando escombros y pintando los techos de fosfato,
evitar que los edificios sean calcinados
por la banda incendiaria de traidores y asesinos,
ellos intentan convertir a Leningrado en una ciudad ceniza,
como Ámsterdam o Londres.

Aurora resguarda el Nevá,
las mujeres y niños esquivan metales, ratas y latas,
hombres y soldados segundo a segundo trazan la ofensiva final,
rechazan al enemigo,
el despotismo y salvajismo Nazi.

La ración de 100 gramos y mil kilos de esperanza,
menú diario de miles de seres desgastados por la guerra.
Latente se eleva,
la ilusión de vivir la libertad en las noches blancas,
respirar el arte mágico del Hermitage,
reflejarse en el brillo dorado del Palacio de Pedro y Pablo.

A ningún momento ceder, nunca aceptar ser esclavo
o preso de Hitler y sus secuaces.

 

Por Walter Trujillo, Julio -Agosto 2012