Fernando Gil Morales

Soneto XIX

Espero yo de ti lo inesperado

que por seguro es alto acontecido

y por seguro es múdico y amado,

y por sincero es álgido y vencido.

 

Tu dardo, mi señor, está postrado

en mi pecho que es plácido y sentido,

y, como bien, parece estar clavado

en el recinto de tu amor herido.

 

 

En tanto, como tanto, estás sediento,

y yo también sediento en tu recodo

me alumbro de tu llama y de tu aliento.

 

 

Y no pudiendo arder de cualquier modo

doy de tu fe, mi vida y su contento,

y entiendo de tu amor todo del todo.