Gustavo Martinez Deschamps

DECIDME

En el brusco rincón de sala el camastro aguarda,

bajo el velo de la sombra en una nébula plateada,

y los empinados pinchos con destellos pavorosos,

de los astros se alimentan al descascarar el gozo.

 

Se troquelan las estibas a la vez que blande el paso,

se conmueve el firmamento y labor más compañera.

 

Y en el cielo una manija…  en la vida una trinchera,

en el pecho una valija…  el amor como quimera.

 

Y ahora… decidme ninfa querida,

fino absenta, burda dama inspiración

que eternizas mis fatigas,

que me talla en la conciencia una caución.

 

Decidme ¿Como he visto desgarrar los formatos,

en destripadas lluvias de mágicas esteras,

que al inmigrar en los gobiernos se marchitan?

 

¿“de una mano apretada en el abizmo,

la vida como unió extremismo,

y una luz para soñar”?  - ¡decidme!

 

Y, que… mística y debidamente es;

al ingerir vuestros desastres,

la realidad sobre el infierno se reclina.