Cuando hasta el vallado del pórtico,
Frente a la luz solar el viento
Arrastra tus dulces besos,
Que percibo como aromas fugitivos,
De tu corazón al tiempo sumido,
Un te amo pronuncias en cada latido,
Y sobre mi pecho tu cabeza dormida yace,
Yo te juro, corazón de mi corazón,
Diera de mí, el alma que al mirarte ya no es mía,
Mi credo, el perfumado aire,
Y las flores por las que suspiras!
Cuando tus ojos se sumergen,
Cuya barca en el mar de la duda,
Y en tus labios se disipan,
Aquellas palabras al tenue reflejo,
Por saber lo que tu boca no habla,
Mas tu corazón insolente insiste,
Diera, corazón de mi corazón:
La codicia, cada beso que me diste,
La magia, el tiempo,
Todo cuanto viví, el verso!
Cuando tu boca ausente calla,
Y tu aliento se agita en suma,
Y en tus rojas mejillas se encienden,
Al entornar tus caricias,
Aquella magia que te envuelve,
Veo en tus colgantes pestañas,
A dó brillar como inquietas ráfagas de fuego,
Una ardiente llama,
Que brota de la lava del beso:
Diera, corazón de mi corazón,
Todo cuanto camine hasta tu encuentro,
Mi espíritu, el alma y mi fe,
Pues de ti yo espero:
La mansedumbre del otoño,
En tus rubios cabellos el trigo,
Y en tus ojos el cielo!
Luis Augusto 2014-11-29