Danzando se erige la desesperanza
que encontró el sol y hoy levanta la mirada
eres feliz y yo me quedo en la nada.
pero no importa, incoloro el cielo en desgana.
de colores ya no tiñe la mañana
sobrio el viento se declara,
solo estoy aquí, lo dice con calma
para quien lo use una mancha quiera dejar
en este mundo de lienzos
donde quien sea deja una marca
tan antojadisa como una hoja cayendo
como un rayo calentado
o un soplo helando.
Que se le puede ofrecer
al insentato salto de la rutina,
una serie de respiros incoloros
o un color elegido en una venda
que se mezcle en el bosque de matices
que sume y reste -lo mismo-
cuando las preguntas fallan
dejando el estatus, sin siquiera conocerlo.
respiremos y deleguemos
hoy no habra sorpresas,
solo una amarga aceptación sin quejas,
un espejísmo en el seno de la conciencia,
un robo al paisaje de la certeza,
un rehuyo de la debilidad inmensa.