Josef

Un CuEnTo De NaVidAd


       (  un invitado inesperado, a la cena de navidad)


Oscurecía ya, alrededor de las 5:30 de la tarde, la temperatura gélida, un frío quemante que resecaba la piel, el viento golpeando los rostros de los transeúntes, que aún apresurados, andaban las aceras en busca del regalo faltante, quizás el más importante, por eso a esa hora del día, seguían sin encontrarlo aún.


Todos parecían nerviosos a la vez alegres, una mezcla de emociones, debido a la fecha tan significativa,;
Que celebraban ?   LA NAVIDAD !!


Con las prisas nadie parecía notar ,la presencia de un hombre, parado sobre una de las aceras, quién con una sonrisa discreta, parecía disfrutar el espectáculo, el vaivén de la gente, que como un hormiguero, fluía aún incesante a esa hora.


Una pareja tomada de la mano, caminaba sonriente, enfrascados en su conversación, repentinamente aquel hombre, misterioso, de ojos vivos, alegres, a la vez llenos de una paz infinita, se acerco a ellos y preguntó, estará la cena lista a mi llegada ?


Ambos, intercambian sorprendidos una mirada, la pregunta era sorpresiva, miraban a aquel hombre parado frente a ellos, después se miraban uno al otro, sonriendo por el nerviosismo que les provocó la pregunta, aún sin reaccionar del todo, responden, claro ! la cena estará lista ...


Al retirarse aquel hombre, ella comenta, que cosas tan extrañas nos han pasado, anoche robaron el Niño Jesús de nuestro nacimiento, hoy esto ! .
El ruido era incesante, los gritos de los niños jugando, los mayores, en diferentes conversaciones, sonido de trastes por la cocina, en fin! como fondo, la música navideña que no podía faltar ...


El grupo era algo nutrido, al parecer una familia completa, con la adhesión de alguna familia de amigos.


Aquella pareja que horas antes anduviera por las calles, con frecuencia, miraba el reloj, con un nerviosismo oculto entre la algarabía, de todos quienes les rodeaban.


Las 9:15 de la noche !! alguien gritó, hora de celebrar.
Cambió la música, esta vez algo mas rítmico y sonoro, para dar inicio al baile.


se escuchaban las risas, tras el fondo musical, el tintineo de las copas, la fiesta parecía en su apogeo, la pareja se miraba de reojo y a la vez el reloj, las 11:30 pm.


Las damas, inician su ir y venir a la cocina, preparando platos, los caballeros, buscan las botellas de los distintos vinos, los niños ya sentados a la mesa, gritando, riendo, como los adultos solemos decir , los niños son la alegría del hogar.


Poco a poco, el ir y venir a la cocina, los brindis llenos de alegría, buenos deseos, los adultos extasiados, mirando a los pequeños tan entusiasmados, porque se llegaba la navidad y como consecuencia lógica, abrir los regalos !!
Repentinamente, en un extremo de la mesa, una voz, fuerte, animosa, se oye decir ... Escuchen todos, creo que hemos olvidado algo muy importante, aún en esta mesa, falta el invitado especial.


La pareja que horas antes tuviera aquel misterioso encuentro, con el hombre de la acera, se mira entre sí, ya sin poder ocultar su nerviosismo, preguntando a aquella voz, acaso tu invitaste a alguien que el resto no conocemos ?


El hombre responde, no es precisamente un invitado mío, sino el invitado por naturaleza, a esta celebración tan especial.
Suena el timbre, todos miran hacia puerta, excepto los niños que reían sin parar.


El reloj marcaba las 11:59 de la noche, alguien cercano a la puerta, se pone de pié, se dirige a ella, con cierta curiosidad, todos los adultos, incluido aquel que antes, con tanto ánimo hiciera notar, la falta de un invitado especial, miraban hacia la entrada.


Bajo el marco de la puerta, se mira aparecer una figura, esbelta, extrañamente rodeada por una luz, ligeramente perceptible, los niños antes distraídos, corren hacia el, lo rodean, alguno lo toma de la mano y lo conduce a la mesa.


En un tono de voz, mediano, suficientemente audible para todos, aquel hombre se le escucha decir, se que me esperaban, ahora estamos todos.
El hombre continua, si ustedes me permiten, bendeciré la cena, a brazos extendidos y cerrando los ojos, se le escucha decir...


Amado Padre, Señor del cielo y de la tierra, henos aquí a tus hijos, reunidos, en esta Santa cena, gracias damos Padre, por la dicha de una vida plena, de una vida de felicidad, cubierta por un velo de bendiciones, gracias Señor, por las risas de estos niños, por el vino en nuestras copas, por el alimento en nuestra mesa, pero sobre todo, por el amor infinito, que nutre nuestros corazones día a día.


Igualmente amado Creador, bendice a nuestro prójimo, alimento para el hambriento, agua al sediento, consuelo a quien vive pena.
La cena transcurrió de manera emotiva, con risas ligeras.
Al termino de tal, los niños ruidosamente, gritaban, reían, preguntaban, podemos abrir los regalos ?


Excepto uno, aquel mismo quién antes dirigiera al hombre, de la puerta, a la mesa, se acercó a el preguntando, verdad que tu eres el Niño Jesús ?
Presuroso el papá lo toma en brazos, disculpándose con el hombre, quién poniéndose de pié, agradece por compartirle la cena, a manera de despedida, les dirige una última sonrisa, cargada de Amor y Paz.


Mientras el se retira, nadie se mueve, lo siguen solo con la mirada, al desaparecer por la puerta, aquella pareja sale tras el, al igual el pequeño, que curioso corre al nacimiento, donde antes pareciera faltar alguien importante y gritando el niño anuncia, aquí esta él !! regreso !! volvió él Niño Dios a su cama ...


La pareja, que al buscar con la mirada, a lo largo de la calle al hombre aquel, sin encontrarlo, se dirige al nacimiento y con sorpresa, miran ciertamente, al Niño Dios.


Al volver dentro de la casa, ambos se dirigen a quién antes de la cena, mencionara la falta de alguien importante, preguntando, es el a quién te referías ?


El hombre responde, yo pensé que el, era invitado de ustedes, yo solo me refería al imaginario espíritu de la Navidad .....

 

 

Código: 1412202813248
Fecha 20-dic-2014 22:27 UTC
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