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SÁBADOS DEL RECUERDO: “VOS, TODO MI PAISAJE”

 

Quizás todo el paisaje no sea más que eso,
un escenario de luces, sombras, verdores
u ocres con nieblas que me miran.
Una paleta de magnífico maestro,
o papelitos de colores que acomodan
remolinos.

 

Quizás todo el paisaje no seas más que vos,
vos, tu bosque, tu campiña, tu nublada ciudad,
mi llanura, mis sierras, mis montañas o mis lagos.

 

Quizás seas otoño y primavera, hojarasca y mariposa,
invierno y estío, nieve, lluvia, canícula, sopor…
tormenta azul de truenos silenciosos,
cristales lacrimosos de campana en rebeldía.

 

Quizás seas luz del alma que busca mi cobijo,
dulce mirar con nostalgias atrapadas,
quizás seas mi paisaje tras los mares
en donde un amor adolorido vive en tus suspiros,
o exiliado en las notas de tu piano.

 

Pero te amo. Te amo como al río que baja de la cima,
como al trigal que balancea el pan naciente,
como al Pehuén de mi añosa cordillera,
como al viñedo de uvas blancas y vino transparente.

 

Te amo pequeña, te amo paisaje, aromado clavel,
piedra, monte, arboleda, sombra de gnomos musicales,
espuma de mares extranjeros,
brizna de melodía de Beethoven en las flores.

 

Te amo en tus senderos pensativos y en mi vereda
humedecida, en mi camino orlado de poemas,
en tus huellas de dulce sinfonía,
en las callejas que saben de tu falda,
en la serranía en donde el eco de tu voz
enternece a las retamas y a las brisas.

 

Te amo en el paisaje de tu nombre,
en el amanecer de tu sonrisa,
en la melancólica caída de la tarde,
en la encendida noche de oscuro manto
y parpadeos estelares.

 

Te amo en el claro de la luna que platea
tus senos y tu vientre, en la fragancia de jazmines
desprendidos, en la esquina de tus labios
y en la suavidad durazno de tu piel desnuda.

 

Quizás no seas más que un sueño
arrancado a la tierra o dibujado en nubes
de vientos circulares, o sembrado por rocíos
de mañanas con luminosidad de trinos.

 

Quizás no seas más que mi ilusorio paisaje…
pero déjame amarte así, por siempre,
hasta que el ocaso se allegue a mis dobleces
y se apague tu nombre en mis pupilas.

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado
(Safe Creative Certificado Prop. Intelectual 1106189493370)

 

(Publicado el 31 de mayo de 2011. Imagen: Villa Pehuenia, Provincia del Neuquén, Patagonia Argentina, fotografía de Rafael A. Maldonado)

 

La Sonata para piano n.º 14 en do sostenido menor \"Quasi una fantasia\", Op. 27, n.º 2, popularmente conocida como Claro de Luna o Luz de Luna (en alemán \"Mondscheinsonate\"), escrita por Ludwig van Beethoven en 1801, es interpretada por Martha Argerich, excelsa pianista argentina, considerada una de las mayores exponentes de su generación.