Fernando de Lira

DESNUDA

 

Recuerdos…

acariciabas mi pelo

con ambas manos,

la yema de tus dedos

sutilmente

rozaban mi rostro,

bella, bella me decías

¡Musa de otros mundos!

Retocando mis ojos

aclaraste su color marino,

ruborizaste un poco

mis mejillas,

delineaste mis labios,

prolongando un poco

mi cuello,

desnudaste

mi cuerpo…

me mirabas

con ojos de ternura

acomodándome

en un diván de ensueños…

ahí quedé

un tiempo…

hasta que llegaste,

bajando

tus manos

a mis pechos,

amoldaste

mi cintura

y mi cuerpo,

quedé cómoda

como un retrato

inmóvil.

 

Veo gentes

que frente a mí

callados, silentes miran…

En las noches,

me dan ganas de volar

entre nubes

y neblinas húmedas,

quiero amar

como antes lo hacía,

y no puedo…

mi amiga albor

toma mi mano

dejándome

quieta, … en el muro.

 

¡Nuevamente

llegan gentes

a mirarme

solamente!

 

Si me fuera

cuando apaguen

las luces…

¿Dónde puedo ir

Desnuda?.

Creí en la bondad

de sus ojos…

y la ternura

que salpicaban.

 

Hoy me compran

me arropan y adornan

con celofanes finos

¿Dónde voy?...

 

Me acomodan

en una señorial

y bella casa,

una vez más

al más bello muro

me atan…

Tengo dueño

distinguido

maduro y gentil

solo habita

esta inmensa casa…

En las tardes

frente a mí

observa mi rostro

bebiendo un trago

de largas nostalgias…

Pasan los días

puntual y religiosa

su mirada,

me agrada él

y su compañía…

 

Me toma de la mano

y caminamos

por jardines extraños

de flores nocturnas

brillantes, fosforescentes

plenas de aromas

olores encantados.

Me recuesta

en un lecho de flores

me besa

y me confunden

los aromas,

fragancias dulces

caricias soñadas

me envuelve con su voz

lo miro y me encanta.

Vivo feliz

soy afortunada

me lee versos

que escribieron

antiguos poetas…

hicimos el amor,

ternura, pasión

desbordada…

 

Entró el sol

por las ventanas,

todo era luz

se esfumó

el trasgo

y las sombras

mágicamente,

lentamente

me fui

acercando

al muro

atándome

feliz…

complacida

y amada.