Neptuno

Mi enfermedad eres Tú

Fase I: Premórbido

- Son pocos los precursores comportamentales como para anticipar mi enfermedad, incluso mis ajustes emocionales y cognitivos oscilan dentro de los valores aceptables. Sin embargo, se observan indicadores, muy sutiles por cierto, que desencadenarán una serie de sucesos que, más adelante, se describirán por si solos.

Fase II: Prodrómico

- Aparecieron las primeras transiciones fugaces, pero no estoy seguro de que mi interpretación perceptiva sea fidedigna. Por momentos parece que me desvío de la línea habitual de la cordura, creo estar viéndote, oyéndote, tocándote y oliéndote, pero mis sentidos me engañan. No estás aquí y no es una pesadilla, es real, y aún soy consciente de ello.

Fase III: Progresión

- Casi no reconozco las variaciones entre el sueño y la vigilia, prácticamente me has envuelto con un velo de fantasías perversas. Sin duda, soy un extraño ante el espejo, pero a ti te sigo percibiendo en todas partes, como si de un estímulo sensorial se tratara. Tal vez un neuroléptico me ayude con todo esto, pero te confieso que ya me acostumbré a esta locura cotidiana, que a pesar de todo me mantiene en equilibrio.

Fase IV: Residual

- Todo era cuestión de tiempo, lentamente se va desvaneciendo el efecto ¿Quién sabe si vuelva a recaer en esto? Hoy te vi, y estoy seguro de que esta vez si era real, estabas tan feliz, como siempre, en tu estado natural. Mientras yo vivía una pesadilla nada en tu vida cambió, hoy me encuentro solo, contando las horas perdidas del reloj.