Enrique del Nilo

CAMINO A LA MUERTE

La luna por única compañera

lleva por aquel camino,

ha cifrado en su destino

fin para aquella amarga primavera

sabe que no es la primera

vez que la vida ha jugado

pero lavar esa ofensa ha jurado

y confiado en su fortuna

llegará puntual a la una

al cruce donde ya se han convocado

 

El clarín le llama desde la cuna

sordos sus oídos ha hecho

con el nudo de su pecho

si la suerte con él es oportuna

lesión traerá ninguna

pudiendo quedar tranquilo,

piensa mientras cabalga sobre el filo

de un infierno desatado

por ese que ha insultado;

el sudor cae hasta el suelo en un hilo

 

Acompasa el latir del corazón

con el trote del caballo

hiere la noche algún gallo

y le resulta fúnebre aquel son

no recuerda la razón

pero debe de avanzar

hay una ruta para completar

la hojarasca le saluda

no queda lugar a duda

esta deuda así se debe saldar

 

A momentos con claridad recuerda

como el bocón hijueputa

iniciara la disputa

asegurándole que era una mierda

la que él llevaba a su izquierda

cuando la mujer que amaba

de su brazo en la plaza caminaba

sintió fuego entre sus manos

cuando vio aquellos fulanos

entre los que aquel bocón se escudaba

 

La pistola cuelga desde su cinto

el machete hace lo mismo

siente debajo un abismo

sobre el que cabalga o vuela su pinto,

es vereda o laberinto

o es acaso su mirada

pero la noche luce estar cerrada

sacude el ala al sombrero

adivinando el sendero

¡maldita la vida, no vale nada!


Cuando por fin el sol se ha despertado

al llamado de campanas,

asoman por las ventanas

llantos porque dicen han encontrado

al bocón descabezado

en el cruce de caminos

llegando a jurar algunos vecinos

que a traición le habrán matado

pues era muy afamado

por cancelar incontables destinos