José Amador

Nocturnal

El crepúsculo se despide amoroso

Con destellos breves entre nubes sonrosadas

Y tú a mi lado con tu rostro primoroso

Acomodados entre estas cuatro almohadas

 

 

Al oriente ya vislumbro

Como el manto de la noche se aproxima

Para arroparnos con su oscuro manto incoloro

Y su elegante sábana de estrellas que titilan

 

Una suave brisa nos envuelve

Refrescando nuestros cuerpos extasiados

Oh mi Dios que gran deleite

Yo aquí y tú a mi lado

 

Tus montañas yo recorro sin descanso

Esconderme un tus huecos mi manía

En tus valles para mí es un remanso

Donde podría esperar un nuevo día

 

Una lechuza escucho en la distancia

Y una sinfonía de grillos acompaña

Los murmullos que decimos con malicia

Y diremos quizá hasta mañana

 

No imagino el momento de dejarte

No soporto ni siquiera el pensarlo

Sólo quiero no parar de amarte

Sólo quiero volver a probarlo.