Miguek Rodriguez

NOCHE DE JUNIO

 

Me despido del día

a las once con treinta

con tantas dudas como ausencias,

y el espejo del tocador

se sorprende de pronto al notar la sombra

que me alumbra en el pecho

 

Me levanto de la cama

sin la escolta de la vigilia,

araño el interruptor que se diluye

entre los párpados de mis manos

y me doy cuenta que todo cambia

 

Me aproximo a la ventana

que hoy es un lienzo

Intentando sujetar un paisaje que huye,

miro sobre la banqueta de la calle

un árbol creciendo cada segundo

extendiendo sus brazos oscuros hacia la luna

 

Camino por los precipicios flotantes

con el recuerdo como guía

de la recámara hasta el comedor

a sabiendas que ahí estaré

por la mañana con la boca

repleta de vacíos

 

Abro la puerta que da hacia mi patio

que ha visto pasar muchas nubes,

que ha vista nacer muchos soles

y curioso voltea a mirarme con sus colores lóbregos

como quien contempla

a un amigo que hace mucho no ve

 

Pero, ya no hay más preguntas

que la penumbra me pueda contestar,

ya no hay más misterios

que el silencio quiera revelarme

 

Ya son las cinco y cincuenta

de una noche de Junio

de no sé qué año

y la sombra continua ahí

palpitando en mi cuerpo

como un pertinaz fulgor

que me recuerda que al despertar

iniciará mi somnolencia

y yo seré el mismo que fuí ayer...