kavanarudén

A ti madre adorada

 

 

 

Lento marchitas, madre amada,

creatura tanto adorada,

de quien recibí en alborada,

mi existencia no deseada.

 

Esos ojos tan amados,

otrora tan admirados,

hoy se tornan muy cansados,

pero aun así venerados.

 

Ese tan hermoso rostro,

cuidado con gran premura,

que enunciaba tu frescura,

expresa ahora ternura,

sabiduría, cordura.

 

Ese cabello frondoso,

en tiempos fresco y sedoso,

oscuro y muy misterioso,

cuenta hoy así orgulloso,

un pasado venturoso.

 

Esas tus manos cuidadas,

finas, nerviosas, tratadas,

por el trabajo forjadas,

hoy se tornan arrugadas,

mas por mi siempre así honradas

 

Esa tu escultural figura,

que se paseó con soltura,

por calles, valles y llanuras;

muévese sin desenvoltura,

paso a paso y sin más premura.

Siempre hermosa progenitura.

 

Te observé linda creatura,

mientras mirabas con largura,

al horizonte en su espesura,

te perdiste en tus aventuras.

Tuve ganas de abrazarte,

con mis besos arroparte,

y arrancar de tu figura,

la soledad con mi cura.

 

Un día sé que te irás,

el vuelo solemne harás,

mi alma dentro romperás.

Vivo con la gran certeza,

que a mi lado, tù estarás. 

 

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