Luscio

Viento triste

Con el dulzor de tu mirada inmensamente lejana
cayó mi verso herido, profundo y seco,
como un torpe faro sin luz y viejo
en la hondísima noche azul.

Y como un perro triste,
rodó tu dolorosa ausencia
por los innumerables hilos
de mi sangre rota.

El interminable mar de tu recuerdo,
mi pecho, y todo cuanto me amaste
y todo cuanto te quise,
se abrió con el fuego de cien volcanes
y con el filo de cien rayos sin lluvia,
y sin embargo, si con la lluvia
de las tristísimas primaveras sin ti.

Porque el interminable mar de tu recuerdo,
mi pecho, y todo cuanto te amaba
y todo cuanto me querías,
era indeciblemente bello.

Hasta que tu boca se hizo silencio
y la cerraste con mil candados de diamante.
Tan débil me palpé entonces,
tan frágil, tan muerto
que mis huesos se rompieron al instante
como cristales de ceniza
frente al ciclón de tristeza.

No obstante… aunque…

…o tal vez porque
mis manos son dos olas secas
que vegetan en el viento de tu olvido,
y mis ojos dos piedras huecas
que no miran si no es contigo,

No olvides que…

…sin huesos, ni cenizas
sin versos heridos,
ni faros torpes y viejos
y sin sangre rota,
aunque llegues un siglo tarde
y aunque sepa que no vendrás…

…Te espero.


----------------Luscio----------------
(Xoxocotlan, Oaxaca, Mexico)