Murialdo Chicaiza

SIGLO XX

  

¡Oh, siglo de las luces!

De tantas que los hombres están ciegos

han enfriado el amor

y sus guías son miopes de espíritu.

 

Siglo de Hiroshima y Nagasaki

donde solo crece el polvo

donde nuestra madre

lamenta una gran llaga:

allí mueren hasta las rocas

 las flores han perdido territorio

donde se degeneró la imagen

del hombre y su tiempo.

Los genes del silencio se transmutaron

hoy sólo hay rostros mudos

lágrimas que se helaron por el fuego

ante las muecas solapadas de los niños.

 

¡Oh, siglo de cien panes duros!

Siglos de mitos de amor.

Hombre de este siglo

proyecto de robot de hierro frío.

Llegará en día en que las bombas

tendrán su propio abecedario

-se transmutarán las letras-

 en la cosecha de bombas H

se hallará la muerte sin su capa

con su hoz de dirigible y átomos quebrados.

 

Poco después se dirá de la libertad:

“fue el privilegio de los abuelos”.

¡Oh siglo me duele vivirte

me desgarras las células

desvaneces mi sangre en turbulencias

me dueles en los costados y el vientre!

 

Las raíces de los árboles ya no son las mismas

el aire ha mudado su aliento casto

las sinfonías se ahogan

los pájaros no son aéreos

los peces no son acuáticos

todo es un desequilibrio doloroso.

 

Y ahora que el mundo tiene sueltos

algunos de sus pernos

hay poco que armar

en el rompecabezas de los siglos

el corazón de los vivos sigue latiendo

ahora que hasta las flores son metálicas

hay muchos que estamos muriendo.

y seguiremos muriendo

hasta la resurrección de los tiempos.