Creí entender cómo todo era:
el color del cielo y el de las aguas.
Descubrí que lo mismo era,
en el principio fueron separadas.
Sabía que no sería sencillo,
lo había leído en muchos libros.
También sabía que entre el amor y yo
habían muchos idilios.
Entre tú y yo, para ser exactos.
Y en la precisión hicimos contacto.
Olvidarte ya fácil no sería,
me haría daño la melancolía.
Logré entender las estaciones:
después del hielo llegan las flores,
festejando entonces el sol y el mar,
muriendo marchitas al final.
Grabé tu imagen de niño lindo,
guapo, galante sin escrutinio.
Te creí perfecto, radiante, divino;
preguntándome ¿dónde te habías metido?
Me vi estudiando los compuestos orgánicos
hasta analicé leyes de globos aerostáticos.
Complejo fue todo y a conclusión llegué
ni física ni química estudiaré.
He escrito mil poemas, catorce letras.
Todas las compuse a puertas abiertas;
no de la recámara sino del corazón.
Y ayer finalmente terminé la canción.
Puede que la cante, desde mi balcón.
Si algún día pasas y decides llamar
con entusiasmo oculto pero mirada alegre,
porque yo sè que me quieres.