Sergio quevedo

REQUIEM DE ADIV

REQUIEM DE ADIV

 

Moriré despertando,
entre tanto,
nacerán otros,
nacerán llantos,
nacerán cuantos..
encenderé mis ojos,
apagare aparatos,
me mecerá tu manto,
donde reina la calma infinita a ratos,
portadora de mi niñez y mi vejez sin rastro,
que me claudica de mis actos escasos,
de mis pasos en falso,
de mi descanso..
del que muero despertando.

 

 Me limitare a observar la nada nostálgico del pasado,

angustiado del presente poco de mi agrado,

renaceré forjado en cenizas de piedras calizas,

como rocas erosionadas transformadas en fina arena,

me propulsare a la incertidumbre que abrazo,

al destino mezquino que aún no vino,

temeroso e indeciso, pero tranquilo,

como aquel que pudo y no quiso,y al universo fue sumiso,

observando la grandeza en la inmensidad del abismo,

saboreando destellos, abrazando a deshonestos,

acariciando espejos rotos,

sonriendo; viendo lo que fuimos y lo que somos,

viendo sin rodeos lo que nos rodea,

cerrando los ojos, para ver más allá.

cerrando los ojos, para ver más allá.