nelida anderson parini

LUNA LLENA, ENCUENTROS Y DESENCUENTROS.


Estando el solar a oscuras

prendieron una fogata

la atmósfera antes ingrata

empezó sudar corduras

y entrecortando negruras

ardía la leña verde;

no sé si de eso se acuerde

pero a mí no se me olvida

en la fogata encendida

crujía  la leña verde.

 

El perro de la Susana

olía entre los pilones

y entre saltos y estirones

hacía una caravana.

El croar de alguna rana

lo guiaba al matorral,

mas al no tener aval

de su dueña Susanita

levantando su colita

aullaba como chacal.

 

La inquietud del animal

a todos puso nerviosos

e inquietos y recelosos

creímos sentir al mal;

no era el ambiente normal

en aquel preciso instante

y el aullido espeluznante

insistente proseguía,

lo que cuerpo percibía

de lo más  amenazante.

 

La leña que alzaba en llama

crepitaba intermitente

ayudando a nuestra mente

 a poner tensión al drama;

el meneo de la flama

nos jugaba una trastada

y a la sombra inanimada

en espectro convertía,

mientras la leña crujía

en la ardiente llamarada.

 

Entre las sombras deformes

y la luz tenue y escasa

la tensión haciendo guasa

gestaba horrores enormes;

los objetos que conformes

daban aspecto siniestro

plagaban al ojo nuestro

de legendarias visiones,

que entre extrañas percepciones

en la mente hallaban estro.

 

Así la imaginación

se sumaba al panorama

trayendo hasta nuestro drama

mayor mortificación;

sin ninguna precaución

el miedo su manto echaba

y en las sombras asechaba

los temores exaltando,

en tanto que el perro aullando

a mil horrores llamaba.

 

La noche bastante oscura

completaba aquella escena

plantando su luna llena

en medio de la negrura;

tan blanca cual sepultura

platinaba el matorral

dándole aspecto espectral

a matones disparejos,

para dejarnos perplejos

mirando fijo el charral.

 

De pronto se oyó a lo lejos

el arrastre de cadenas

como que halasen las penas

por los suelos disparejos.

Alguien dijo: \"Es el Cadejos\"

¡Ave María Purísima!

La tensión era tantísima

que describirla no puedo,

clamamos muertos de miedo

por la protección Altísima.

 

En instante cual abejas

en enjambre desbandado

el terror ya desatado

nos zumbaba en las orejas;

invocaciones y quejas

no se hicieron esperar

e impedían escuchar

en medio de tanto ruido,

el sonido que el oído

se empeñaba en capturar.

 

Y las manos se agitaban

entre gritos y jalones

no faltaron empujones

que a los lentos apuraban.

Desde lejos se escuchaban

una especie de lamentos

entrecortados alientos

avanzaban por el monte,

poblando nuestro horizonte

de incertidumbre y tormentos.

 

Con la mirada en alerta

músculo fuerte y tensado

el grupo muy asustado

sobreponerse no acierta.

La Susana boquiabierta

temblando cual gelatina

hacia la cerca camina

con pausada indecisión,

pisando con precisión

la grava ruidosa y fina.

 

En tanto entre los matones

ruidosa la hierba crujía

y así más fuerte corría

el temor en pulsaciones.

Perturbados corazones

vivían aquel momento

pendientes del movimiento

y con el alma en un hilo,

llamándoles a sigilo

temible acontecimiento.

 

Meciendo nuestros temores

las hojas se reclinaban

sobre ramas que danzaban

con zarandeos mayores.

Espíritus voladores

resoplaban fuertes vientos

y tornándose violentos

hojas y ramas tumbaron,

hasta rocas levantaron

haciendo sus aspavientos.


Continurá...

Los invito a sacar un momentito para ver el video, una muestra del floklore costarricense, espero lo disfruten ...