Maria L

Pedazos

Faltó que se cayera la boca
al piso
para advertir
que estábamos apenas
ensamblados
atados con alambre
los labios
descosidos
huérfanos de cuerpo
en común
desmembrados
rotos
desarticulados.
Faltó que un viento enano
pasara por nuestro nombre
para dejarnos sin techo
el amor.