Amadeus

En tu sexo me desbordo

           Esa cortina de vapor que me prohíbe la entrada provoca en mi gran desespero, pues aquí entre aguas y manos tu cuerpo me hala como imán. Necesito que me salves de esta maldición y que me ames. Date vuelta y ábreme el paso. No ves como sufro de este lado del vapor o a caso es que el humo te ha impedido sentir mi calor. Despierta ya amada mía que se te está yendo la pasión por el drenaje. Déjame entrar y hacer de tu cuerpo un templo tatuado con mis manos. Si me dejas hago de cada gota que caiga un beso anidado en tus placeres. Hago de esta cortina una sabana; un sueño. Toma mi mano y embriágate. Siéntete a través de mis sentidos. Déjame amarte completa con mis labios; hay heridas que deben sanar. Haz de mi desespero tus ganas de vivirme. No te rindas, ahora solo comenzamos. Si dejas que te alborote los sentidos, te dejo caer en mí. Discúlpame si te manipulo entre letras, pero tú haces de mi una marioneta para complacerte. Déjate amar, amada mía. Déjate beber; déjame comer. Estas en la ducha; fría. Mi deber es calentar tu aroma. Abres la cortina, te entrego mi desespero. Aun no sé qué hago caminando en tu dirección, pero eres como un imán.