Amadeus

Es

            Es un dolor tirante que me agarra desde las caderas y me hala por detrás de los muslos hasta las pantorrillas. Es inclinarme hacia al frente un milímetro y que el dolor me desgarre la espalda. Es en todo momento sentir los ojos incendiados mientras el humo nubla la vista. Es tener el vientre hinchado y no hinchado; esconderlo y no mirarlo por miedo a padecerlo y no tenerlo. Es que la piel se erice mientras los espasmos te debilitan las palpitaciones. Es que los huesos sean una orquesta tocando la 5ta sinfonía (son las manos al final de todo quienes dirigen la pieza). Es no reconocer tu cuerpo luego de varios meses e ignorar síntomas que podrían salvarte la vida. Es la urgencia de lavar de la piel todos los pecados de este verano. Es la ducha que recuerda y el cuerpo que se estremece. Es morir bajo el agua y que el calor te calme. Es cambiar de paz a sangre; de blanco a rojo viendo como las venas se abren. Es querer terminar, pero que el sistema te diga que no. Es saber que algo anda mal y no hacer lo necesario para mejorarte. Es y deja de ser siendo sin ser.