ManuQuinti

Cúrame

Cúrame, tú que puedes,

este fulgurante ardor que

de mi se apodera.

Cúrame esta agonía que perdura solitaria

por mis venas derramadas.

Cúrame la soledad de mis dedos que marchitan.

Cúrame en los lejos sin olvido.

Cúrame, cúrame sin tocarme...