DeL MaR

“Tiempo Detenido, Reloj Andante”

Descanso en mi sereno colchón, rodeada de silencio,

 abrigada de soledad, aquella amiga que no demanda

tiempo ni explicación.

 

 

Al rodar las manecillas del reloj el tiempo se detiene,

 mi cuerpo se desprende de mi razón, mi mirada se

nubla y en un segundo me rodeo de espesa

oscuridad.

 

 

 

Mi cuerpo ha dormido y sólo mi ser comienza a

 navegar, a retroceder, a volar. Mi esfuerzo por

movimiento es inútil, por mis ojos comienza a

rodarse la película de mi vida, aquellos momentos

tristes y alegres, confusos y certeros, temerosos y

valerosos, permanentes y pasajeros. Mi corazón

comienza a palpitar al ritmo de una locomotora al ver

amores que se van, recuerdos que comienzan a

martillar mi conciencia por haber errado.

 

 

Mi respiración me sofoca al impedirme perdonar, al

no dejarme correr, al no permitirme dejar de herir a

quien el algún tiempo me rodeo.

 

 

Salpicada de desesperación comienzo a llorar al

sentirme impotente por todo eso que deje de hacer,

que deje de decir y que no me detuve a pensar.

 

 

Ante mi esfuerzo robado de esperanza, me relajo, me

siento debatida al comenzar a explorar mi sentir, a

perdonar, al pedir perdón me desbordo en un mar

lleno de lagrimas.

 

 

Al caer mi respiración sonrió por encontrar paz, por

querer amanecer para vivir de una manera diferente,

por buscar otra oportunidad de hacer mejor las

cosas.

 

 

Siento en mis mejillas una brisa que me jala, que me

llena de luz al grado de lastimar mis pupilas, esa luz

que entra por mi ventana y me ayuda a despertar y

encontrarme en la orilla de mi colchón con mi rostro

empapado de liberación. Dejando usar mis manos

despierto habiendo aprendido a valorar esta vida.

 

 

 

 

 

DeL MaR