La soledad invade este espacio,
La densa oscuridad envuelve el entorno,
La calma se apodera del tiempo,
Justo en esta noche donde no me encuentro.
Mi mente se pasea por escurridizos recuerdos,
Inevitablemente,
Tu imagen se adueña de mi mente,
En un intento fallido trato de borrarte,
Sigues ahí, intacta, presente,
Es tan fácil pensarte.
Me acobarda la imposibilidad de dejarte,
Mi mente abre paso a tu sonrisa,
Como el amante recibe a su amada en su lecho,
Así recibe, mi mente a tu recuerdo.
El tiempo conspira en contra,
Los segundos transcurren con lentitud,
Pensarte... mi mente ama pensarte,
Como el rayo se une a la recia tormenta,
Así mi corazón se acelera, imaginando tu presencia.
Mi pensamiento eres tú...
Tu que sigues invadiendo la noche,
Tu que transformas este lecho en tu morada,
De forma inesperada encuentras refugio en mi cama.
Mi voluntad se doblega,
Solo me permito amarte,
La soledad se transforma,
Ahora somos tú, mi soledad y yo,
La suerte fue echada,
En el Preciso momento,
En que te permití,
Adueñarte de mi pensamiento.
En un sutil aliento de la noche,
Se desvanece mi deseo de resistencia,
Solo me acostumbro a tu presencia.
Avanza la noche, tranquila, serena…
Y voy descubriendo que,
Aun ausente en este asilo,
Mis noches sin ti…
…las paso contigo!