Adriana Gilces

RETRATO

(A ELOISA)

...Empiezo temprano describiendo tu rostro,

y terminaré al ocaso hablando de tu alma...

 

Tus ojos marrones expresan tu ternura,

tus pestañas largas y profundas

dan un grito desesperado de dulzura.

 

Tus cejas tupidas se asemejan a una selva frondosa,

que al caminar por ellas

no encuentro camino alguno, 

que no me lleve a sembrarme en tus lágrimas.

 

Avanzo un poco más, 

me dirijo hacia el sur 

de este mapa rayado de tu piel tersa,

encuentro tu nariz aguileña...

y bajo ella, un puente de unión 

entre 2 abismos, 

que al cruzarlo me hace llegar a tu boca.

 

Tus labios gruesos;

tus dientes colmados por cadenas,

que no dejan ver su blancura,

tus pómulos llenos de pecas,

tu piel... tu piel color caoba, 

con un perfecto brillo 

que la hace tan INDESCIFRABLE.

 

Si, porque eso eres... INDESCIFRABLE,

sabes ¿Por qué?...

Porque sencillamente, 

tu alma no refleja lo que tu rostro habla,

porque solamente yo sé la verdad que habita tu vida,

solamente yo se lo que francamente tu sientes, 

y que escondes tras una máscara, 

que poco a poco se ha quebrado, 

como haz quebrado tu corazon

aunque lo hayas maquillado.

 

Tu alma, tu vida, tu corazón, tu ser; 

tú, enteramente tú y nada más

eres un angel;

lo aseguro al mil por ciento,

lo puedo firmar con cada latido de mi corazón,

con cada lágrima que resbala por mis mejillas,

con cada gota de agua que ingresa a mi cuerpo;

querida amiga, lo puedo aseverar,

porque eso es lo que siento, 

eso es lo que me dictan mis entrañas,

pues, no soy yo la que te escribe esta composición,

pero, si soy yo la que te dedica su corazón.

 

Y... quizás nunca lo he dicho, pero lo digo ahora,

Te amo, te adoro, con todas las fuerzas de este corazón descarrilado,

que suplica llorando para que el reloj detenga sus pasos; 

porque estoy consciente que son pocas las horas en que nos separamos.

 

Llévame contigo, 

mi princesa de este cuento sin final,

llávame en tu alma, hasta la consumación de tus días,

esa alma que tan solo yo pude descubrir, 

y como lo dije al inicio de mis versos...

será lo último que podré describir.