Se rompe una noche parda,
bajo un paisaje tenue,
en el aliento de los ojos se acomoda,
silencio quebrado en las hojas verdes,
la luz engalana pétalos suaves,
mora y pesa el menguante,
ante tanta música loable…
He de pensar en una palabra,
borrada de tus labios,
como un arado labra,
y los designios esconden navíos…
Mujer, solamente un traje cabe,
en las espinas rigorosas,
en ti que la luz no acabe,
y brillen tus piedras preciosas,
a mí que como soldado te aguardo,
en las trincheras del nombre que usas,
arrinconado, como en una isla rodeado,
de hipérboles y metáforas,
he de ser un guardián de bóvedas ,
sobrevolando con pájaros y cazando con fieras
todo aquello que corroe mi alma , amada…
La brisa matiza tijeras,
en la lluvia declinan escrúpulos ,
que se llevan rincones sin auras,
hacia tumbas y caminos solitarios ,
allí estaré, como un ser imaginario,
invisible, retrogrado, mundano…
Amada, yo parto de muelles fantasmas,
de un lejano orbe invernado,
de allí hago votos amada,
como quien recuerda tus labios abrumado,