Alberto Moll

A este \\\"maravilloso\\\" mundo

 

¡Cómo hieren crueles nuestra mente

esos duros instantes tan temidos

en que el azar nos trae súbitamente

la descarnada y despiadada imagen

de este mundo amasado en la injusticia!

 

¡Qué insoportable contemplar inermes

esa voracidad fiera y sangrienta

de los grandes magnates inhumanos

que en su avaricia ciega e inclemente

explotan a los pueblos y naciones!

 

¡Qué triste ver sufrir en la miseria

a millones de hermanos inocentes

viviendo, esclavizados e indefensos,

vidas que solo son torturas lentas

preñadas de tristezas incesantes!

 

¡Qué dolor ver morir de hambre y de sed

a millares de humanos cada día

mientras un insultante despilfarro

rebosa procazmente en los hogares

por un destino ciego afortunados!

 

¡Esos enormes ojos lastimeros

de esos niños con solo piel y huesos,

terribles esqueletos ambulantes

con sus vientres hinchados de vacío

y sus extremidades sarmentosas!

 

¡Y esas madres de pechos agostados,

mustios colgajos ya solo capaces

de manar la amargura de la nada

en los desesperados paladares

de sus ya moribundas criaturas!

 

Y, aquí, en nuestro país y en nuestro entorno,

¡cuántos horribles dramas cotidianos

de infelices familias arruinadas

por criminales crisis provocadas

por un capitalismo desalmado!

 

¡Sanguinario y atroz capitalismo

encarnado en magnates implacables

emboscados en cínicas posturas

de teorías y creencias falsas,

portadores de muerte y de miseria!

 

¡Y, para colmo de maldad, cinismo

y la más repugnante hipocresía,

bien bendecido ese capitalismo

por los jerarcas de unas religiones

que traicionan vilmente su doctrina!

 

¡No hay solución en este inmundo mundo!

¡El poderoso goza con deleite

mientras el pobre gime, sufre y muere!

¡Con placidez la humanidad navega

en un oceano de inocente sangre!