Alejandrina

Luéveme

 

Lluéveme,

renovador milagro

cayendo por mi cuerpo

como el rocío por el labio

tembloroso de las flores.

Es que mi nombre

ya no tiene espacio en su boca

y el frio ha empezado

a bajar la cremallera del espanto.

Lluéveme toda, cielo,

inúndame de perlas y de amnesia

restaña el flujo del dolor en la partida,

ya veo el tren avanzar hasta mi orilla,

lo abordare nocturna

sin dejar huellas de mi paso

no quiero encontrar, las de regreso.

Lluéveme con furia,

hasta quitar los retazos de su amor

dados avaramente 

¡ estigios de la piel

ayer pasto del fuego

hoy navajas de magnifico hielo !

He dejado para ti la llave del retablo

las sinceras ofrendas que ignoraste

la risa de mis pájaros ... y el pan,

compartido con amor sobre mi mesa

me voy cubierta por el rio de tu invierno

la herencia de tu canto y tus palabras

serán mi fiel sustento en el exilio,

me voy menguando silenciosa

como la luna, o  los sueños,

si acaso tenga alguna creciente todavía

será del otro lado de este cielo.


 Alejandrina.