Luis G Rebolledo

ENTRE NOCHES MISTERIOSAS.

    Suena como a pasos de gigante los que golpean al llamado del ventero, por lo menos hasta el amanecer en cuanto te deslizas entre las personas que le haces agradecida por los favores en la taberna, cuando posas  por la antesala de los taburetes como en posición de  merluza con ojos de dragón ardiente, bien grades que no mienten a cerca de aquella tristeza en el desierto de los jirones.


     Cual saboreas en cada carcajada aquel amargo tajo en las copas de Leviatán, al mismo tiempo que le roban aquellos besos de tus labios encarnados con el rico aliento a uvas maduras  y sin mediar palabras se apodera del apoteosico escenario cuando sube el telón, ciertamente a oscura de manera de abordar la paradoja en forma de arco  doblegando las afiladas piernas pegajosa.


    Y así flotando como en  la espesura del mástil con la mirada hacia el infinito, pero jadeando de placer dejas caer el Debut en todo su esplendor lleno de fantasías, los pechos  se hinchan, las caderas se abren, los manteles se caen y entre aplausos y tertulias ruedan las ansias por las canaletas del ripio, cuando aún el rostro permanece oculto entre hilos negros de la fetichista y el vuelo de la pantomima comienza el burlesque.


    Y hace el cuerpo inmortalizado mientras los querubines soplan los pífanos haciendo vibrar de armonía todo aquel apetitoso manjar en un solo espectáculo, en cualquier rincón sospecho se deleitan con la más acogedora locura en sus mente masturbadas, sin el mayor propósito de entendimiento del desparpajo,  inesperadamente se rompen los ligueros abriendo paso al desalojo del corcel y las prendas, quedando al descubierto el erotismo que asoma su intimidad.


     El galardón está servido, emprende la subasta,  solo queda esperar al mayor postor

LUIGY