Sara (Bar literario)

De encrucijadas en el sueño

Amor...

Huella de manos en tu poliéster.

Huella de pasos en tus pies

mis pies, caminamos juntos

sin saber a dónde nos dirige

la tiniebla que repercute

en la primitiva soledad del sueño.

 

Manía de amarnos con los ojos despiertos

durmiendo, durmiendo.

 

Sé que este amor es simple

tan sencillo como un pañuelo

pañuelo en que lloro

pañuelo en que te pierdo


 

Quisiera, yo no sé

romper las costuras de tu cuerpo

e irme a descansar en el mío

para no tener que caminarme

para no tener que sentir

que esto ha venido a usurparnos el tiempo.

Como cuando dos gusanos

reptan el cielo creyéndose mariposas.

Y se encuentran en una noche conjurando en el espejo

el deseo de regresar a la vida que perdieron.

 

Y muchos dirán, lo sabíamos

teníamos en el cráneo la ruptura

del pájaro, la hebra de un suicidio

se los dijimos.

 

Y a nosotros, nos parece

ese hablar ronco de diafragmas

ese tronar de dedos en la cara

[ de-dos sino quién nos salva]

el hilito de un ratón

que ha encontrado la vida en una trampa.

Ustedes son los ratones

( se los aclaro gatos del limbo)

nosotros los orificios por donde escapan

los que tienen ardores de arena

y una deuda infinita con el Dios de alambre

novo milagro en sus lácteos.

 

Guarda la felicidad en un paquete

sin remitente,

hasta que empiece a ser mentira

esta realidad que escogimos

en la otrora edad del sufrimiento.

Lo que encuentras es un vello

que extraviaste

de la fantasía de un cuarto

en una boca sin lengua

( sin pelos en la lengua)

se dicen la verdad los que amaron

hasta la escasez de la crema depilatoria.

 

No mientas hasta que el amante

extraiga del cajón

los días que habrían de volver.