ivan semilla

TEJIENDO A SOLAS

Devanaba las horas

minuto a minuto.

Su entramado interior era un pullóver

en el verano intenso de su angustia.

Dos agujas en su haber calaron hondo

y mustia  ya

su voluntad, como un crochet, vivía lenta.


 

Ella, no supo hilvanar las mañanitas

y fué, en rigor,

 la cruda noche

quien cobijó el amor

que no alcanzó a tejer

pero que ansiaba...