huertero

Humo de cigarro…

 

 

 

 

Mi cuarto ese que está

en escombros por las noches frías

de este tibio invierno.

Dios es un hueco

resto oscuro decreciente.

Mis manos en mi garganta

otro oscuro refugio de voces.

El tiempo… apagó

silencio de coseno dioses.

Habitándome

la muerte en mis células.

Pestañando conmigo cuando

la palabra es posible.

Huérfano de afán

presuroso sobre mi

sombra más confiada

En el principio te llamaba

desde la obertura de la luz.

Ahora en llamas

intento con los parpados.

Imagínense las iconografías carnadas.

La oscuridad, los ojos en el aire molidos.

La habitación se llena de voces

los muros peregrinan entre si

todo se mueve suave

hasta la ternura de callar.

Se filtra es más el  pordeir

más que el porvenir.

Inusual opuestos hasta

perderse en el jamás.

Lo que callo ha de callar.

Pronto esa habitación será un ojal

Cualquier cosa antes

 de mi suicidio celular.

En el ahora puedo

 destrabar palabras

Ahora voy a llorar.

Este es un intento

de oxigenarte…Muerte.