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Con lágrimas de sangre, cual río atormentado
lloran las madres a sus hijos, en tierra fusilados…
madres en descontento y otras con orgullo patrio
llenas de tormento… sus ojos se ahogaron…
sus corazones se detuvieron el día que se los mataron.
Hombres fieles a su convicción de libertad
y con sentido patrio dieron la vida por su verdad,
quisieron romper las cadenas que nos ataban
y a la Colonia Española, ¡libertad! a ella le gritaban…
En ese pliego con sueños de emancipación
se dibujaron eternas grafías para una nación,
que en lo extenso de su proclama todos atestiguaban
que la Libertad a Venezuela por fin se proclamaba.
Doscientos dos años de historia ya han transcurrido…
y aún, con mi pueblo herido, su independencia no ha concluido,
todavía lágrimas de sangre lloran las madres a sus hijos,
no sólo por caer muertos en guerra, como así bien se dijo,
sino ahora porque la muerte se los lleva por otra puerta segura,
la del hampa, cuyas cadenas están llenas de amargura
y la lucha continúa… no sólo con fusil y escopeta
o con espadas y a caballo, con ideas… con letras…
con sueños de libertad que juntos nos forjaron,
líderes del pasado que en su andar nos dejaron
y en el corazón patrio de cada uno supieron sembrar,
el sabor a libertad por el que jamás dejaremos de luchar.
Hija del Sol
Julio, 05 - 2013
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