abadona

Nosotros

 

Te sentí llegar

(o quizás tu me sentiste primero)

sentí tu aroma a naranjo

mientras me llenabas de besos

luego sentí tus manos

que mis brazos rozaron

para regalarme un abrazo.

 

Oí tu voz grave

olí tu aliento fresco

sentí las palabras cálidas,

una bienvenida y un te quiero.

 

Llego a mí desde la cocina

el llamado de la comida

sentí el ambiente lleno

no solo de aromas

sino también de deseos

de sueños cumplidos

sentí en mi piel los anhelos,

los mismos que eran fantasía

hoy realidad se han vuelto.

 

Hoy por fin podemos decir

sin preocupación alguna

que la meta se a cumplido

que el destino nos ha unido

que el lazo con el que estamos atados

no es simple hilo de araña

sino cuerda firme

con nudo que nadie desata.

 

Hoy a la hora de comer

mientras veíamos a los niños correr

pudimos por fin dar por firmado

que nuestro destino con felicidad a sido pintado.