Marco Mendieta Rubio

Hasta que llegaste Tú

Había un tormento en mi vida

La paz y la dicha no obtenía

Un día incierto, te conocí

Fue como la llegada del verano

 

Hubo, luz y calor

Floreció mi corazón

Mi piel agrietada 

Mi alma volvió a tener fé

 

Tú sonrisa fue la aurora

De un nuevo día

De un amanecer distinto

Llenó de regocijo a mi alma

 

Tus cálidos besos

Fueron el agua hidratante

Tu suspirar incesante

Fue el renaciente de mi aurora

 

Tu aliento fascinante

Llenó de brillo mi mirada

Y en un pequeño suspiro

Te robaste la desdicha

Y hoy, gracias a ti

Soy toda pasión