*Danza*
Envuelta con gasas entre las arenas del desierto
veo este encelar del delirio de mi senda arenosa,
no descalifiques a la bella hurí feliz con la danza
que reserva el amor al fastuoso Tuareg su señor,
ninguna es esclava del aire que impele un siroco
con libertad de ocultar la belleza para el hombre,
viaja en la silla del camello con orgullo de madre
validando su libertad con su polvo de desolación.
*Velos*
Nosotras damos amor a la liberación del hechizo
que embrujan estas arenas ardientes en cascadas,
no pretendáis impuro que vivamos en oscuridad
para satisfacer la lujuria de entregarnos al amor,
por milenios de noches cautivadas con luna llena
con arrimo de arena suave que arrulla la entrega,
envuelvo el suspiro de encelo al frio de mi noche
cuando la duna cambia dejando al sexo su amar.
*Pozos*
Ninguna caravana sin mujer emprende el Tuareg
con albo talante con avidez hechizada de codicia,
el Sahara espera impaciente el hechizo de la hurí
al adorar danzas que el Profeta anillo en su alma,
dejando sentir esa arena del desierto embelesador
sin quitarte el velo por alejar al Tuareg que amas,
una parte de su inmensa arena dorada que da luz
mientras la vida se mece con leche y miel al amar.
*Agua*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
09 de mayo del 2013