Quién lo diría... tanto alardear de mi fortaleza,
tanto decir que era yo el protagonista del cuento
y ya ves, tiene tu nombre y apellido mi tristeza
y eres tú el principio y final de lo que siento.
Sí, ya sé que dije muchas cosas que no debía decir
y que quien mucho dice, peca por decir tanto...
Ahora ya no digo nada y tampoco puedo sonreír
y siento que el silencio es sólo un preludio al llanto.
Quién lo diría... yo por ahí haciéndome el fuerte,
haciendo ver que no me era necesaria tu presencia,
creo que pocos creyeron que me daba igual perderte
y sabían que ya no me hallaría sin tu esencia.
Ah, pero por ahí me veían con otra abrazado
y poniendo cara de que me gustaban sus brazos...
cara de que a tu ausencia ya estaba acostumbrado
y que mis momentos de nostalgia eran escasos.
Más aún, mucho más estúpido aún te diría yo,
volteando la cara en una calle para no saludarte,
no sé si en algún sueño un demonio me convenció
de que no saludándote ya no iba a extrañarte.
Quién lo diría... para hacer el ridículo hay modos
y creo que sin darme cuenta elegí el peor...
hablando sin parar y tratando de convencer a todos
de que me resultaría muy sencillo vivir sin tu amor.
¡Mentira! Ni siquiera un día he sobrevivido,
voy por ahí ahora migajas de tu amor mendigando,
tratando de no admitir que lo tuyo por mí es olvido
y que al llamarlo amor me estaba equivocando.
O tal vez lo tuyo sí fue amor alguna vez
y fui yo quien nunca supo cuidarlo...
En ocasiones un sentimiento se pierde porque es,
pero ni siquiera por ser han sabido valorarlo.
Quién lo diría... inspiro lástima al que me ve
y estoy como mendigo, a punto de rogar tu perdón.
Y pensar que una canción de amor te inventé,
pero nunca le hice honor a mi propia creación.
Tendrás razón en cualquier cosa que me digas,
si algún reproche llegaras a formularme...
y te diré si no hay perdón y con tu adiós me castigas,
quién lo diría... que tan pronto ibas a olvidarme.