Caarito Sala

Mi eterno amante.

Sé que el día que nos choquemos nuevamente, va a existir esa magia,
va a vivir esa sonrisa, de saber interiormente que algo nos hizo bien.
Sé que en algunos días de tu semana mi nombre se cruza por tu cabeza,
Algunas noches recordás esos pequeños detalles de ese largo tiempo.
No se trataba de ver quien ganaba o perdía, de un capricho,
no se trataba de un modo, o una costumbre, ni de un despecho.
Se trataba del cariño.
No se trataba si estaba bien o mal, de códigos,
no se trataba de mentir, de engañar.
Se trataba de un gesto, de una palabra justa,
se trataba de un abrazo, de necesitarte.
Por esas miles de noches en vela por tu ausencia,
por esa risa que quedó grabada en mí,
por esa manera de pelear, y luchar por ser alguien mejor,
por esa manera independiente de tus ideas,
por esas locuras que me hacías partícipe,
por esas madrugadas empapada de esa alegría que se apoderaba de mí, por el simple echo de que estés.
Porque fuiste la razón de esas mañanas, la risa de mi cara,
porque fuiste lo absurdo que me hacía enloquecer,
porque fuiste el dueño de mis lágrimas,
esas que jamas muestro por miedo a perder,
por miedo a hundirme donde nadie me pueda sacar.
Te di tierra, te di aire y agua,
pero me quedo ese fuego que encendiste con pasión,
ni mil mares lo sofocan, siempre arde en mi interior.
Reprimí lo que sentía y ahora quema como un sol,
sos aquellas alas que mi ángel siempre soñó,
sos la eterna primavera que se funde en mis brazos,
el agua que brota de los fuegos despiadados de noches frías y de alcohol,
sos lo perfectamente imperfecto, soy cien metros menos del centímetro que mereces.
Siempre anduve robando los que más vale en este mundo para mi,
tu sonrisa aunque me cueste la libertad...