Cargando frio a cuestas, si señores es de noche
Pero hay una luna hermosa, algo que solo los curiosos ven.
Yo los llamo curiosos, porque no hay otra palabra destacada para describirlos
El tiempo sopla retorico en el insomnio del cuarto tan familiar, como el sol que solo ven los curiosos al atardecer.
No podría llamarlos inconformes o desconfiados, y eso que hay un monton de curiosos nocturnos
Por ejemplo los que leen, los que van al teatro, ven una película, los que escriben, los que aman, etc.
Pero hoy me enfoco a los amorosos, por qué cuando dos curiosos se aman, hacen un insomnio bárbaro, bueno señores me han contado.
Él podría jugar con su cabello por horas, con una pluma, con sus dedos, da igual, el punto es juguetear con esa jungla larga o corta, tersa, seductora como sirena y frágil como sonata.
Mientras que ella podría tocarlo cual ciega, cuidadosamente, cálidamente, eufóricamente, como si se tratara de descubrir el código de sus facciones.
Juntos hacen un tingo y un tango
Hablan con tecnicismos, hablan tonterías, o simplemente callan y dejan que las voces de sus miradas actúen Eso sí, con momentos fugaces de confort y eficacia.
Real mente no podría darles otro nombre, es algo que les encaja a la medida de punta a punta, de lado a lado y del uno al otro.
Es excelente que aun frente a frente, el la piensa, ella lo piensa, la luna los mira, el insomnio los mata, la noche los atrapa, el silencio los llama, y por fin después de tanto dramatismo, los labios los unen.
Y por supuesto la oscuridad también es una curiosa sin vergüenza, puesto que está atenta a estos amantes, y a los de otra casa, a los de otra calle, en fin a los de otro lado.
Claramente ella mira como culmina el encuentro, también la luna, luego el insomnio y a la par los curiosos en aquel cuarto.
Gothic Doll