José Jacinto Corredor Cifuentes

DORMIDO ESTOY

 

Dormido estoy, estoy dormido,

parezco, mas no lo estoy,

es tan sólo mi apariencia,

por dentro de mi ser bullen

ansias de amores ensoñados,

rencores de amores arrancados.

 

A soslayo de mi adentro,

mis aconchados párpados

tan sólo son cortinas

de traslúcida textura,

que no opacan la clarencia

que de mi ser se transparenta.

 

Vencido estoy, estoy vencido

parezco, mas no lo estoy,

mi brazo caído cual la esfinge,

el afilado acero ya no empuña,

pero en la lucha nunca ha cesado

y aunque cansado, no desmaya.

 

En mi pecho, aún despacio late

un corazón, de coraje henchido,

que aún herido, no se acobarda

y la cerviz jamás ha de doblar,

porque hay una flama que arde

en su interior y no se lo permite.