José Jacinto Corredor Cifuentes

ELEGÍA A MI HERMANO JESÚS MARÍA

    

“El hermano ayudado de su hermano

es como una torre de fortaleza” (S. Biblia)

 

Una clara mañana

se abrieron las puertas

del Célico Reino,

tu alma cándida y pura

el vuelo alzó primorosa.

 

Aletear de querubes marcó

la senda divina y al Padre

llevaron tu cálido hálito

y Él amoroso lo acogió con premura

dejándonos tristes y mudos.

 

Marcaste por siempre el sendero

cual faro y ejemplo de vida,

de aquesta familia amorosa

que en su seno te tiene

por siempre acogido.

 

Hermano querido, nos dejas

ejemplos de amor, valentía y ahínco,

pues fuiste el primero que en todo

marcó los caminos, las rutas,

por donde seguimos unidos.

 

Es tu vida una hermosa escritura

do siempre encontramos consejo,

do todos pudimos ver claramente

cual era la meta a donde llegar deberíamos

en esta carrera de penas y abrojos.

 

Nos queda un perfume esparcido

en medio del piélago triste,

es tu risa, tu armónica voz,

es tu amor, tu ardentía,

tu siempre acertado consejo.

 

Quiera el cielo benigno

que un día a las puertas

del sacro palacio encontremos

tu abrazo fraterno esperando

como un signo de amor en la altura.