MIRIAM RINCON U.

Igualdad?

IGUALDAD?


Pueblo mío, amada patria! como brota desde mi alma en estos días, el pesar ,la culpabilidad, el arrepentimiento ,por no haber hecho con mis letras los mayores intentos, para llevar a cada hermano venezolano un rayo de luz, que lo apartara de la inconsciencia, el fanatismo y la ignorancia, dejándome conducir por las palabras de nuestro verdadero, real y leal héroe, Simón Bolívar, quien en una de sus visiones dijo:“El hombre ignorante, es instrumento ciego de su propia destrucción.”Los gobiernos oportunistas, cuyos líderes jamás han sido estadistas, sino buceadores de la conciencia, aprovechadores de la debilidad, de la codicia, el desamor al trabajo, la comodidad, la falta de dignidad, para conducirlos como rebaño ciego e inconsciente, hacia el barranco que le han ido construyendo para que allí perezcan sus esperanzas de desarrollo. Un gobierno llevado por el amor, la madurez política, la experiencia, el equilibrio económico y el no fanatismo, lo llevaría hacia su autodesarrollo y sustentabilidad propia, convirtiéndolo en autosuficiente para crear su propio destino. Los seres humanos podemos lograr una mejor calidad de vida, con trabajo, constancia, perseverancia, buena administración, priorizando las necesidades y ahorrando. Mas es absurdo el lograr la igualdad total como se la venden a los tontos. Tanto social como económicamente, jamás he leído que en los principio del mundo, en la actualidad y futuro de las sociedades, llegue a consolidarse una igualdad absoluta entre los diferentes grupos humanos. Con trabajo, honestidad, amor a nuestros hermanos, lejos de la corrupción, la avaricia y el manejo probo de los recursos, podemos cambiar la mentalidad además de la manera de vivir de un conglomerado, pero siempre la diferencia existirá.  Mental, sicológica, física, biológica, intelectual, manera de pensar y actuar, somos distintos desde el nacimiento hasta el instante final de la vida. El creador nos hizo diferentes en el proceso de creación, cuan estúpido me parece tratar de ser igual a otra persona, en lugar de buscar llegar a una personalidad definida, hecha por el individuo con sus particularidades esenciales para enfrentar su vida, y ejercer los roles que ésta le presente. Nuestro pueblo, debe crearse sus metas y planificar la manera de llegar a lograrlas. Dejar el infantilismo, la apatía hacia el trabajo, responsabilizarse por él y su familia, deshacerse de la absurda y enfermiza dependencia de las migajas, que otros con pensamientos obscuros, les tiran debajo de la mesa para controlarlo, llevándolos a ser las rocas en las cuales ellos  suben para apoderarse y tratar de perpetuarse en el poder, al estilo de todos los pragmáticos que se visten del color de la violencia, el autoritarismo, de las dictaduras, utilizando la demagogia y la mentira. Dios nos hizo diferentes, aceptemos esa diferencia dignamente, dándole gracias por regalarnos la vida, viviéndola sin amargarnos por ser clon de otro, que quizás, tenga más dinero pero que no es feliz.

 

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©MIRIAM RINCÓN URDANETA.