Luis Elissamburu

Bulling

Los niños buenos,

ni grítan ni dáñan.

Van a la escuela,

con gran ilusión

y un chaleco antibalas.

 

Compárten la gaseosa

y la sabrosa vianda,

con los mismos compañeros

que los insúltan

y pórtan navajas.

 

Dios los protege

hasta volver a casa.

Ni la ley,

ni los maestros,

pueden hacer nada.