No me dejare condenar
ni por la sociedad, ni por la religión
pues he puesto los ojos en el amor
de una mujer que me dobla de edad.
No me interesa saber lo que quieran opinar
pero ella es dulce con su experiencia,
con sus manos me seduce y en sus brazos
enciende mi amor en deseos por ella.
He visto sus ojos y hace soñar, me he vuelto
poeta pues en cada verso inmortalizo sus labios
su cuerpo sus deseos y lo más importa
mis sentimientos bellos por ella.
Aunque pase el tiempo lejos y cerca de ella
solo sé que quiero estar con ella, disfrutando
nuestro amor sin prejuicios menos criticas
porque jamás quiero saber su edad solo su amor.
Ese que cada día nace en mí por ella,
viendo las estrellas he querido llevarla conmigo
y en sobre las nubes acostarnos juntos viendo la luna
esperando bendición para darte mi amor.
No le temas a la sociedad mi dulce amor
no me niegues la oportunidad de demostrarte
que aunque niño para ti aun puedo hacerte soñar
y entregarte mi amor sin control.
No me moriré de amor sin ti, tú sabes que te amo
y me quedare aquí esperando la oportunidad de estar
contigo soñando con tus labios y deseando perderme
bajo tu piel sabiendo que soy yo quien te ama.
Me siento triste no puedo negarlo pero te confieso
que seré un insipiente para defender mi amor,
a costa de mi propia vida te demostrare que tú eres
y serás la dueña de mi amor por eso hoy me quedo aquí.
Conquistando las largas horas de silencio
enviándote mis sentimientos más bellos para que sepas
que aunque seas mayor que yo mi corazón no tiene
límites ni mis ojos selección pero si tengo amor y deseos por ti.
Escrito: Francisco Gaitán Downs.