taty merced

Presa quedé...

Se deslizó por mi cuerpo

y con su larga madeja

se me enredó sin prisa.

Yo me entregué sumisa

al sabor de su acento

y entrtejía honda

mi gran melancolía.

Y se quedó conmigo

como reloj sin tiempo

comiendo mis entrañas

con su impune deseo,

e igual que el ave Fénix

que de negras cenizas

se levanta de nuevo,

presa quedé desde mi ser contrito

con la ilusión herida.

 y hoy quisiera partir

sabiendo no hay partida